Conil de la Frontera. Dia 1

Saludos, amigos y vecinos...

Comenzamos hoy nuestra escapada de cuatro días a Conil de la Frontier, un pueblecito de Cádiz que tenía muchas ganas de visitar desde que me picara el gusanillo allá por 2004 ó 2005 cuando mi pareja de hecho universitaria, Jesús, me contó de las bondades de esta tierra.

Esta mañana, la tercera de nuestras vacaciones, nos levantamos temprano "para variar" gracias a María, sin cuyo fijo despertador podríamos haber dormido fácilmente y de un tirón hasta las nueve de la mañana, lo menos. Tras el desayuno y los preparativos, a eso de las 11 de la mañana cogimos carretera y manta y, con María durmiendo en el asiento de atrás desde el kilómetro menos 1, nos hicimos chorrocientos kilómetros del tirón, hasta que a las 12 y media paramos, poco antes de Chiclana, en una estación de servicio, a darle de comer a María que, como siempre que la sacamos de su hábitat, y sin trona al canto, comió más mal que bien un puré de verduras que como son para ella los llamamos potito y medio yogurth. A eso de las dos y media, previo berrinche de la enana harta de tanto coche, llegamos a nuestro hotel: Fuerte Costa Luz, un Resort de cuatro estrellas a las afueras del pueblo, con vistas a la puesta de sol, mucho mejor que algunos cinco estrellas de los de "cría fama y échate a dormir".

Por cortesía del hotel, y por viajar con un bebé, nos reservaron una "Suite Junio", una especie de mini apartamento con un recibidor, un mini-salón donde pusieron la cuna de la niña, el dormitorio, amplio, dos terrazas grandes y un súper cuarto de baño. Mañana fotos.

Bajamos a la piscina infantil donde María tragó agua dos segundos después de meterse, cuando comprobó que, aunque podía caminar en la piscina, no podía sentarse :D y cuando se cansó decidimos bajar a la playa... Rosa, que hablaba por el móvil (no, no. No os extrañéis. Todos sabéis lo poco que le gusta, pero la pobre no debía de tener más remedio), se quedó en la piscina mientras yo me adelantaba con la niña en brazos y las toallas y la crema y la ropa... Llegamos a la playa y esperamos a mamá... y seguimos esperando... continúa la espera y María empieza a abrir la boca... seguimos a la espera y María duerme ya placidamente sobre el hombro de papá... Decidimos, después de 15 minutos esperando, subir a ver si lo de "se la ha llevado un perro en la boca" va a ser cierto. Pero no. Ahí estaba mamá, sentada en el bar del hotel, donde se acomodó después de 10 minutos dando vueltas buscándonos a nosotros... Y es que la culpa es mía. Yo debía de haberme imaginado que Rosa, hablando por teléfono, no tiene su cabeza para nada más, y aunque me respondió a mi propuesta de que la niña y yo nos adelantábamos, lo hizo con la parte automática de su cerebro de "Respondo. Quedo bien. Reseteo". Así que llegamos al cuarto, acostamos a la niña a dormir la siesta y nosotros hicimos lo mismo.

Al despertar de la siesta, bajamos a darle la merienda a la niña 

y la llevamos, con su flotador nuevo, a la piscina climatizada, que debe estar climatizada según el tiempo en groenlandia, porque anda que no estaba fría la jodía... María disfrutó un montón de su flotador nuevo.

De vuelta de nuevo a la habitación yo perdí la tarjeta para entrar y las gafas graduadas de Rosa, haciendo gala de mi inmerecida fama de despistado, y nos preparamos para bajar a cenar (estamos en régimen de media pensión, para almorzar en los desiertos del Chiringuiti, y cenar en el hotel). El Buffet es espectacular, la verdad, con una variedad que apabulla... A la entrada te reciben con una copa de manzanilla y un clavel, con un tío tocando el piano, muy chulo todo. María comió salchichas (le encantan las salchichas), pollo a la plancha y guarreó de todo un poco, acabando con un yogurth y un poco de helado. Rosa se tiró por el marisco y yo por la pasta. De vuelta a la habitación María se tomo su biberón del tirón y la metió su mamá en la cuna donde después de no pocas vueltas, se ha quedado dormidita sobre su osito de dormir.

En fin, esto es viajar con un bebé de 13 meses. Todo adaptado a los horarios de María. No creo que tengamos mucho tiempo de visitar el pueblo, y eso que dicen que merece mucho la pena... Ya iremos viendo.

Y nada más. Con esto y un bizcocho, hasta mañana a las siete (no creo que María aguante hasta las ocho :( )

Besos a todos y continuamos mañanas.

MUASES!!!

PD: creo que se me ha quedado el teléfono en el coche, así que si me llamáis o whatsappeáis, probablemente no responda. MUAC!!!